viernes, 17 de mayo de 2019

EL PRIMER AÑO (primera parte)

Voy a intentar hacer un resumen de lo vivido durante mi primer año como multimami. La verdad es que me hubiera gustado mantener el blog e ir contando las cosas positivas y negativas que iba experimentando, pero al final lo dejé y ahora lo retomo con mucha ilusión.

Llegamos a casa del hospital, solos ante el peligro. Padres inexpertos con dos pequeños bebés que sólo querían comer y dormir. El tema de la comida fue lo que más nos llevó de cabeza los primeros meses. Yo quería dar pecho, pero en el hospital nos recomendaron complementar con fórmula al principio, hasta que mi producción fuera mayor.
El problema era que Lucía mamaba muy flojito y enseguida se dormía, se despertaba si la dejaba en la cuna y entonces quería comer más porque casi no había comido... En fin, que me podía pasar horas con ella al pecho. 
Marcos en cambio era más glotón. Succionaba bien y se dormía bien. Aunque en otras cosas era más difícil... Cuando lloraba, no había manera de calmarlo. Sólo se calmaba si le arrullábamos con mucha fuera con una muselina o con una mantita. A veces parecía un gusano!

El tema del pecho me llegó a agobiar bastante porque cada tres horas tenía que estar en un sitio cómodo para poder darles a los dos a la vez, con el cojín de lactancia, y en la calle no me sentía cómoda sacándome las dos tetas... Así que digamos que éramos esclavos del reloj y llegó a ser un poco estresante. Como dábamos suplemente, al final comían más biberón que teta (aunque me intentaba sacar a menudo para que bebieran de mi leche en el bibe) y a los 5 meses fui a la matrona porque veía que la lactancia había llegado a su fin. Lo dejaron progresivamente y muy bien, la verdad. Estoy satisfecha de lo que hice y creo que fueron 5 meses muy bien invertidos.

En cuanto al tema sueño, tuvimos suerte. Dormían genial e incluso teníamos que despertarles para comer. cuando dejaron la teta, a los 5 meses, los pasamos a su habitación, ya en cunas separadas y se adaptaron genial. Las primeras noches les costaba un poco dormirse, pero estábamos allí con ellos, y poco a poco conseguimos dejarles en la cuna y a dormir como angelitos.

El primer año lo recuerdo un poco difuso. Al principio las hormonas me hacían verlo todo maravilloso a pesar de las dificultades. En cambio, el papi, tuvo más problemas para adaptarse a esta nueva vida. Ellos no tienen las hormonas revolucionadas, y para él era como si dos alienígenas hubieran llegado para robarle la normalidad de su anterior vida. A pesar de todo, era muy chulo verles crecer, verles felices, cómo iban haciendo cada vez más cosas,...